Tras el análisis de este programa -que autoriza a Irak a vender cantidades limitadas de petróleo para comprar bajo control productos sanitarios y alimenticios- ante el Consejo de Seguridad y el Comité de Sanciones de la ONU, Von Sponeck ha denunciado en "Le Monde" la degradación social que atraviesa este país, donde, según un informe de Unicef, ha aumentado alarmantemente la mortalidad infantil.

Hans Von Sponeck hace hincapié en la "desprofesionalización" de la población activa, que emuestra graves fallos en el sistema educativo.

Según el coordinador del programa "Petróleo por alimentos", la mayoría de los iraquíes que pueden estudiar parten al extranjero, y los diplomas se reducen a los trabajos manuales. Pero, sobre todo, son las mujeres y los niños iraquíes los colectivos más afectados por el embargo.