Torres afirmó que, de mantener el Parlamento la disminución de las penas para los delitos contra la libertad sexual en el nuevo Código Penal, "la mujer va a denunciar cada vez menos, cuando habíamos conseguido que estuviera completamente concienciada de que iba a tener un apoyo también con los jueces y le iban a salir (al agresor) unas penas fuertes".

El proyecto remitido a las Cortes limita las penas de violación (de 8 a 12 años) al acceso carnal por vía vaginal o anal y deja el acceso por ía bucal como una agresión castigada con penas de 4 a 8 años.

Esta tipificación es rechazada en medios feministas, que subrayan que el sentimiento de culpabilidad, una de las principales secuelas psíquicas para la víctima, es incluso mayor en el caso de la felación que en las otras formas de violación, lo que justifica, en su opinión, que reciba el mismo trato penal que los mayores delitos contra la libertad sexual.

Las denuncias por violación aumentaron progresivamente en los últimos años (5.890en 1991) debido a que la mujer ha sentido que era más fácil que el culpable fuera suficientemente castigado. Pero una rebaja sustancial de las condenas desanimará a las víctimas a pasar el segundo "calvario" que supone denunciar, acudir al juicio, etc., según las feministas.

No obstante, la portavoz de la FAAMV añadió que "si el Código se reforma un poco y dice que cumplen la pena en su totalidad, estaríamos de acuerdo".