Dancausa señaló que los datos demuestran que las mujeres no se han incorporado al trabajo remunerado en España en la misma medida que los hombres.

"Sus contratos son más deficitarios, su presencia en los puestos de dirección es esasa y su dedicación al trabajo doméstico y familiar por una parte, y al remunerado por otra, es muy diferente al de los hombres", dijo.

La tasa de actividad de las mujeres en el cuarto trimestre de 1997, según la EPA, era del 39,09%, lo que supone una diferencia respecto a los hombres de 21,82 puntos. Además, las mujeres representan el 58,85% del total de parados y paradas.

En cuanto a las modalidades de contratación temporal, son las mujeres las que más sufren las consecuencias de esta situación Así, constituyen el 78,70% de las personas contratadas a tiempo parcial y solamente el 33,09% de las contratadas a tiempo completo. Sólo el 35,85% de los contratos firmados por mujeres tienen carácter indefinido.

FORMACION

Según Dancausa, estos datos no se corresponden con la formación de hombres y mujeres, ya que la tasa de paro por estudios terminados evidencia que, con los mismos estudios, es superior el número de paradas.

Con estudios superiores, el 23,53% de las mujeres activas están en pro, mientras que en la misma situación se encuentran sólo el 11,33% de los hombres.

"Los datos evidencian la necesidad de incrementar la ocupabilidad laboral de las mujeres, de aumentar su presencia en los puestos de decisión y su actividad emprendedora, así como la necesidad de revalorizar el trabajo que realizan, incluyendo las actividades en el marco familiar", indicó la directora del Instituto de la Mujer.

Por último, subrayó la necesidad de aunar esfuerzos para evitar estas discriminaciones."Hay que tomar medidas orientadas a reformar estructuras que actualmente dificultan la incorporación, permanencia y promoción de las mujeres en el mercado laboral, que además deben pasar por un reparto paritario de responsabilidades en la vida laboral y familiar".