Los conservacionistas han responsabilizado a la dirección de la reserva natural de estas muertes, por considerar que no ha adoptado las medidas preventivas necesarias.

La coordinadora ecologista Salvemos Doñana estima que el 70 por ciento de las últimas crías de aves morirán electrocutadas, al tiempo que asegura que cada año mueren alrededor de 600 rapaces por este motivo.

Por ello, diverss organizaciones conservacionistas han solicitado a los responsables de la gestión del parque que doten al tendido eléctrico de la zona de sistemas eficaces de aislamiento para evitar la mortandad de aves protegidas.

Durante los últimos años los ecologistas también han denunciado la muerte en Doñana de algunos ejemplares de lince ibérico, especie en peligro de extinción.

Sin embargo, los gestores de este espacio natural mantienen que estos sucesos no han alterado el equilibrio ecológico del parqu nacional.