El suceso ocurrió hacia las 9,30 de la mañana, cuando M.A.P.M. practicaba la pesca en el río Esera, en el paraje conocido como Congosto Ventamillo, una garganta de paredes verticales de más de 30 metros de desnivel y una longitud de unos 7 kilómetros, con una anchura de alrededor de 100 metros.

Según todos los indicios, el pescador resultó alcanzado por una violenta crecida del cauce, motivada por la apertura automática de las compuertas. Según las fuentes anteriormente citadas, estas aperturas son periódicas y existen en el lugar de los hechos numerosos carteles que advierten del peligro de permanecer en la zona.

El cadáver del pescador, que presentaba un fuerte golpe en la cabeza, fue ecuperado por efectivos de la Guardia Civil, que lo hallaron en una presa ubicada en el término municipal de la también oscense localidad de Seira.