En febrero de 2000, Mozambique sufrió una de las mayores catástofes naturales de su historia. El ciclón "Eline" y un intempestivo periodo de lluvias provocaron el desbordamiento de los principales ríos y dejaron bajo las aguas la región sur del país.

Murieron 700 personas, dos millones resultaron damnificadas, se perdieron 500.000 hectáreas de cultivo y quedaron gravemente dañadas las principales infraestructuras. La tragedia, con menores proporciones, se volvió a repetir un año después.

Durante las catástrofes Cruz Roja Española puso en marcha dispositivos e emergencia dirigidos a cubrir las necesidades básicas de la población a través de la distribución de agua, alimentos, medicinas, ropa y tiendas de campaña.

Un año después de la última catástrofe, y superada ya la fase de emergencia, Cruz Roja mantiene un amplio Programa de Cooperación para reducir la vulnerabilidad de la población y promover su desarrollo socioeconómico a corto, medio y largo plazo, en el que ha invertido ya más de 5 millones de euros (955 millones de pesetas).

Una de las priordades de este programa, que se lleva a cabo en coordinación con Cruz Roja Mozambiqueña, se centra en la rehabilitación y construcción de escuelas, dos centros de salud y 700 viviendas más seguras.

Otro de los grandes objetivos de esta intervención, según explica Cruz Roja, es facilitar el acceso al agua potable a 100.000 nuevos beneficiarios del área de Maputo, mejorar la actual red de distribución en la provincia de Zambezia y crear Unidades de Respuesta ante Emergencias que posibiliten el acceso al gua potable a cualquier zona del país que pudiera quedar afectada en futuros desastres.