Moratinos hizo públicas estas dos iniciativas durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, que concluyó hoy en Doha (Qatar) y a la que también asistió la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez.

Según informó hoy en un comunicado la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), estas dos iniciativas se enmarcan en el compromiso del Gobierno español de proseguir la tarea de continuar incrementando la asistencia a los países menos favorecidos.

Moratinos señaló en la conferencia que "no es aceptable que las primeras víctimas sean los más pobres", más ahora con una crisis económica mundial que amenaza con relegar a un segundo plano los ODM.

Por otro lado, la Aecid afirmó que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, asistirá a la conferencia de seguridad alimentaria que se celebrará en España el próximo mes de enero.

Rodríguez indicó que el Gobierno desea que de este encuentro internacional a alto nivel "se articulen medidas concretas incluidas en el plan global de acción de Naciones Unidas para contribuir de modo decidido y eficaz a erradicar el hambre".

DOHA La conferencia de Doha siguió a la que se celebró en Monterrey (México) en 2002 y fue la primera en la que participaron todos los países miembros de la ONU desde el estallido de la crisis financiera mundial y tras el encuentro del G-20 en Washington (Estados Unidos) el pasado 15 de noviembre.

En este sentido, Soraya Rodríguez subrayó que "el Gobierno desea que de ambos encuentros que ha convocado para enero próximo y 2010 emerjan mecanismos concretos y resultados prácticos para las metas de los ODM, lanzados por Naciones Unidas en 2000, que aún son posibles de alcanzar".

Rodríguez añadió que "España sigue comprometida en alcanzar el 0,7% del PIB en la ayuda oficial al desarrollo en 2012" y consideró que esa meta debería ser "obligatoria para todos los países desarrollados".

Los participantes en la Conferencia de Doha coincidieron en que la actual crisis mundial no es responsabilidad de los países menos favorecidos y que, sin embargo, pueden ser ellos las principales víctimas.

En este sentido, existe un déficit de unos 210.000 millones de dólares (165.900 millones de euros) en la lucha contra la pobreza.

La grave situación actual abarca, además de la crisis económica y financiera, otras de carácter alimentario, humanitario y medioambiental.

Soraya Rodríguez subrayó que "el Gobierno de España ha defendido en Doha que no hay falta de recursos, sino voluntad política de destinarlos a la lucha contra la pobreza. En este sentido, para España, es esencial asociar a Naciones Unidas al debate sobre la crisis económica y reforma arquitectura financiera internacional".

Así se recoge en la Declaración Final de la Conferencia, con la convocatoria de una conferencia de las Naciones Unidas al más alto nivel sobre efectos crisis económica y financiera en países en desarrollo.

La Declaración final reafirma los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo en tiempos de crisis y recoge también algunos avances en materia de género.

Con el impulso de España, se ha incorporado a la financiación para el desarrollo la evasión fiscal y la consideración del aporte que pueden realizar las remesas en este proceso.

1.000 MILLONES DE MALNUTRIDOS

La subida del precio de los alimentos amenaza con arrojar a 100 millones de personas más a la pobreza extrema, señala el Informe de Naciones Unidas sobre los ODM.

Según el Banco Mundial, el número de malnutridos alcanza ya a casi mil millones de seres humanos en el planeta. La crisis alimentaria no ha desaparecido, sino tan sólo ha pasado, por circunstancias coyunturales, a un segundo plano.

Aunque se ha mitigado la subida, el índice de la FAO para los precios de los cereales de octubre de 2008 sigue estando un 80% por encima de los niveles de 2005.

El alza de precios está perjudicando especialmente a los pequeños agricultores, que se ven obligados a pagar más por la compra de fertilizantes y semillas.

A pesar de este panorama sombrío, Soraya Rodríguez cree que se disponen de "los instrumentos necesarios para aumentar la batalla contra el hambre y erradicarla a través de la mayor contribución del Primer Mundo y los conocimientos y experiencia de las agencias de Naciones Unidas".