El departamento de Obras Públicas se defendió de las críticas recibidas por parte de ecologistas y del presidente del Ejecutivo castellano-manchego, José Bono, señalando que si bien la declaración de impacto ambiental se decantaba por la alternativa "A" (la que apoya Bono), preveía la posibilidad de que la carretera discurriera por la opción "C" si se descartaba la anterior por moivos técnicos.

Según el MOPTMA, los estudios "exhaustivos" realizados por la Dirección General de Carreteras y el Centro de Estudios de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) destacan "la enorme dificultad que comporta su ejecución con las debidas seguridad y garantía".

"Se ha constatado la existencia de serios problemas geotécnicos, motivados por la existencia de deslizamientos superficiales que harían inseguro el viaducto sobre el río Cabriel", expone el ministerio, que añade que la alternatva de Bono "evidencia la necesidad de un movimiento enorme de materiales (6 millones de metros cúbicos de tierras) y el propio encauzamiento del río, lo que comportaría impactos ambientales de carácter más severo del que se trata de evitar".