"Los españoles necesitamos que el dinero sea más barato y más accesible", ha añadido el secretario de Estado, algo que en este momento está exclusivamente en manos del Banco de España.

Por su parte, Montoro cree que el Gobierno ha hecho "los dos gandes deberes que nos exige nuestro tiempo": sanear las cuentas del Estado y bajar la inflación, tarea que los mercados vienen reconociendo, en su opinión, según se deriva de la caída de los tipos de interés en los mercados y del diferencial que se aplica a nuestro país como prima de riesgo.

Con estas declaraciones, que se suman a las que también realizó ayer y a las que ha efectuado el vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, desde Washington, el Gobierno sigue "caldeando" el abiente y las expectativas sobre la sesión de mañana en el banco central español, en la que podría decretarse una rebaja del 0,25% del precio del dinero, e incluso, según los más optimistas, del 0,50%. Con esta última hipótesis, el precio del dinero descendería de la barrera del 7, para situarse en el 6,75%.

Los analistas consideran que, una vez conocido el proyecto de Presupuestos para el próximo año, la autoridad monetaria no tiene ya excusas para no rebajar los tipos de interés, máxime ante un presuuesto en el que el Gobierno manifiesta su voluntad de reducir el déficit y alcanzar los objetivos de convergencia de Maastricht.