Montoro inauguró hoy unas jornadas sobre "La fiscalidad de las inversiones en Iberoamérica y Europa del Este", organizadas por el Grupo Recoletos, en las que detalló las reformas fiscales acometidas por el Gobierno en los últimos años para potenciar las inversiones en el exterior.

Sobre los casos concretos de Brasil y Argentina, Montoro dijo que las inversiones esañolas en esos países son apuestas de futuro, y no a corto plazo, con la confianza de que esos países tienen un gran futuro de desarrollo económico más allá de las coyunturas políticas y económicas que están viviendo actualmente.

Según el ministro, la apuesta de las grandes empresas españolas por Iberoamérica está cambiando el papel de España en Europa y en el mundo. A su juicio, las inversiones españolas en el exterior son una apuesta "sólida y segura" que está dando un buen rendimiento a los españols, al favorecer un mayor crecimiento económico, mejores cotas de bienestar social y mayor creación de empleo.

Montoro aseguró que gracias a la apertura de la economía española y a las inversiones de las empresas en el exterior, la economía de nuestro país está resistiendo una crisis económica mundial creciendo a un buen ritmo y creando empleo. Recordó que nunca en España con crecimientos del 2% se había creado empleo como ahora.

El titular de Hacienda aseguró que hoy las empresas tienen un marco iscal "adecuado" y "claramente estimulante" de las inversiones en el exterior gracias a los cambios fiscales llevados a cabo por el Gobierno en los últimos años, como demuestran los datos sobre inversiones españolas en el exterior.

Según Montoro, las inversiones totales de las empresas españolas en el exterior han pasado de 3.424 millones de euros en 1995 a 124.476 millones en 2000 (el 48% corresponde a inversión directa y el 52% restante a invrsión en cartera). Indicó que la inversión directa en Iberamérica ha subido de 1.000 millones de euros en 1995 a 26.300 millones en 1999, año récord en inversión en esos países.

En cuanto a las inversiones de las empresas españolas en los países del Este, reconoció que todavía "tenemos mucho que hacer", aunque resaltó que también han crecido notablemente en los últimos años, al pasar de 6 millones de euros en 1995 a 1.600 millones en 2000.