En una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados tras el debate de toma en consideración de la propuesta de reforma Estatutaria que se celebró ayer, Montilla aseguró que el texto aprobado por el Parlamento catalán "se ha de pactar, de negociar, de mejorar a lo largo de su paso por las Cámaras".

Explicó que hay "un conjunto de temas que han de ser objeto de negociación, en los que hay posiciones que no son coincidentes pero sí voluntad de aproximación, y uno de ellos el relativo a la financiación, sobre la base del reconocimiento de que Cataluña no tiene una buena financiación", y hay que mejorarla, como la del resto de las comunidades autónomas.

"Hay que abordar este tipo de debates con serenidad, sobre la base de un diálogo franco entre todas las partes y en este caso entre los grupos parlamentarios de la Cámara. Esto es lo que se producirá a lo largo de estos próximos meses", agregó Montilla.

En cuanto al término "nación", dijo que ese es otro de los temas que se van a discutir a lo largo de los próximos meses. "Lo que quedó claro es la voluntad del grupo mayoritario, expresada también por el presidente, de que se recoja de alguna manera y se reconozca la identidad nacional de Cataluña".

"El término preciso es una de las cosas que se ha de valorar a lo largo de este proceso, pero ayer se expresó a las claras y sin ningún género de dudas esa voluntad de que se reconozca la identidad nacional, sea con un término o con otro, que en algunos de los casos pueden venir a decir lo mismo", remarcó.

En cualquier caso, considera que, a pesar de los "matices y diferencias, hay suficientes puntos en común" entre las fuerzas políticas para que el nuevo Estatuto de Cataluña "pueda ver la luz" a lo largo del próximo periodo de sesiones, para que después sea sometido a referéndum.

Por otro lado, opinó que el debate de ayer "evidenció la soledad una vez más del PP, fruto de su política basada en la crispación, la descalificación de los adversarios, la mentira y la manipulación política, el menosprecio a los representantes de Cataluña" y la utilización del Estatuto como "excusa para erosionar la figura del presidente".