"Como presidente es mi deber interpretar en clave positiva el sentimiento colectivo expresado por los ciudadanos. Me corresponde transformar este sentir colectivo en un mandato exigente en relación con la acción del Gobierno de Cataluña", dijo desde Toulouse (Francia), donde participó en una reunión de la Eurorregión Pirineos-Mediterráneo.

El jefe del Ejecutivo catalán manifestó que "el malestar no lleva a ninguna parte si no somos capaces de transformarlo en un compromiso y un estímulo para afrontar de manera decidida los problemas con voluntad de superarlos y hacer que nuestro país vaya adelante".

"Estoy convencido", agregó, "de que la fuerza que nos da la voluntad cívica de los ciudadanos de Cataluña, las competencias y los recursos que el desarrollo del Estatuto nos debe proporcionar, servirán para dar respuesta a muchos de los problemas y retos que la sociedad catalana tiene planteados hoy".

Subrayó que tras "muchos años de desatención en las inversiones (...) nunca se había invertido tanto en Cataluña por parte de la Generalitat y también por parte de la Administración del Estado".