En declaraciones a la Ser, recogidas por Servimedia, Montero dijo que “hay que esperar que las empresas cumplan la ley y no me pongo en el supuesto de que la incumplan sabiendo que está ahí”.

La titular de Hacienda subrayó que la norma prohíbe expresamente que el impuesto se traslade al consumidor final, sea de banca o de las energéticas, “y el que lo haga estará incumpliendo la ley, con todas las sanciones que eso conlleva, que pueden llevar una multa de hasta el 150% (de lo que repercutan)”.

Según Montero, con medidas como este gravamen, que supondrá un ingreso para las arcas públicas de 7.000 millones de euros, el Ejecutivo está demostrando “que no nos casamos con nadie, a pesar de las presiones y que nuestra prioridad es el bienestar de la clase media y trabajadora”.

PRESUPUESTOS

En relación con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado del año próximo, afirmó que “a priori hay una buena disposición de los grupos para poder acordar unas nuevas Cuentas” y, a día de hoy, se siente “esperanzada” sobre su próximo respaldo en el Parlamento, a pesar del tira y afloja en el seno del Gobierno de coalición que se refleja en los medios por este asunto.

“Yo cuento poco, porque las buenas negociaciones son las que anuncian el resultado final, sin que el transcurso retransmitido de éstas provoquen tensiones que hacen más difícil llegar a la meta”, indicó Montero, quien reafirmó su intención de presentar el proyecto a finales de septiembre o primeros días de octubre.

Sobre el aumento del gasto en Defensa, comentó que el presidente se ha comprometido con la OTAN a subir esta partida al 2% en los próximos años y así se hará, y en los Presupuestos de 2023 “habrá incremento”, “porque es un gasto que no es en pistolas o balas, sino para una industria claramente tecnológica, más preparada ya para la seguridad que para el combate y que da muchos puestos de trabajo”.

En relación con la reforma fiscal amplia que anunció el Ejecutivo en el arranque de esta legislatura, la ministra confirmó que se aplaza por la crisis, igual que se determinó con la nueva fiscalidad al diésel, y que lo que ahora prefiere el Gobierno es “trabajar sobre los impuestos que ya existen para que provoquen un mayor rendimiento”.