Así lo indicó en el turno de réplica al portavoz de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, en el segundo día del Pleno del Congreso sobre las enmiendas a la totalidad a los presupuestos.

Montero apuntó que el Gobierno reconoce que en España “una élite que acumula un volumen de riqueza que tiene que compartir con la mayoría de la sociedad para que la gran mayoría pueda dar saltos adelante” y, “en ese camino”, encontrarán los puntos de acuerdo.

En este sentido, apuntó que en otras cuentas públicas “no han pactado inversiones” ya que es “consciente” de que para Bildu “el bienestar social de los ciudadanos va más allá de las inversiones en una comunidad autónoma”. “Tenemos un punto de partida importante”, indicó Montero, quien reivindicó la subida de las pensiones o del ingreso mínimo vital.

La ministra enfatizó que la intervención del portavoz del partido independentista vasco había sido “la expresión más clara en este debate” de “cómo el acuerdo entre formaciones políticas tan diferentes es garantía para la democracia y un reconocimiento de la utilidad de la política”. “Ya sé que el modelo de país que ustedes persiguen, al menos en la vertebración territorial, discrepa del todo con el PSOE”, subrayó.

El discurso de Montero estuvo centrado en la idea de defender que el PSOE “se reivindica como un partido de izquierdas, es verdad, que moderada y dialogante” frente a “algunos partidos pueden tener la tentación de repartir la autenticidad de los carnets”. En este sentido, apuntó que se pueden discutir algunas cuestiones concretas, pero no que “practicamos una política fiscal y una justicia social a quienes consideramos que tienen más capacidad económica y se le alivia a clase media y trabajadora”.

Sobre este término, la ministra quiso matizar la crítica de Bildu, reivindicando que existen medidas que “protegen a los más vulnerables”, pero que en el Gobierno hay “distintas sensibilidades” y, por tanto, “también tiene que haber medidas para la mayoría social de este país”. “Yo no creo que sea incompatible hablar de clase media o clase trabajadora o, como hace este Gobierno, de clase media y clase trabajadora”, explicó.

Asimismo, insistió en que el PSOE no es “un partido antisistema”, lo que constituye “una gran diferencia” con Bildu, que cuestiona “no solo el sistema político sino fundamentalmente el modelo económico y social”.

Sobre una de las cuestiones que puede condicionar el apoyo de Bildu a los presupuestos, la Ley de Vivienda, señaló que “ojalá pueda ver la luz en el menor plazo posible y podamos compartir muchos de los elementos que se quieren mejorar”.