Monseñor Echebarría aclara que Ratzinger sale al paso con su escrito de "algunas vacilaciones, dudas y prácticas en la solución de los casos en que los divorciados, vueltos a casar civilmente, se acercan a recibir la Sagrada Comunión".

Puntualiza que la carta va dirigida a los obispos, que se refiere a los cristianos de la Iglesia católica y que expone el juicio de la Iglesia sobre la incoherencia de vivir, por un lado, en situaciónirregular y, por otro, acercarse a la comunión eucarística.

El obispo de Barbastro destaca la sensibilidad del cardenal ante las dificultades de los crisitanos que se encuentran en esta situación. "Es consciente de que la comprensión y la misericordia que deben guiar al pastor en estos casos, no deben hacerle acallar la verdad", afirma.

"La Iglesia", añade, "tiene una clara y constante doctrina a través de los siglos y se ve obligada a ser fiel a sí misma, aunque se sienta dolorida ante estos cass y no se sienta comprendida por los que juzgan esta situación desde una posición fuera de la Iglesia y del Evangelio de Jesús".

Monseñor Echebarria recuerda las enseñanzas de la fe católica que "no puede reconocer como válida esta segunda unión matrimonial, si el matrimonio anterior era válido".

Por último, el prelado indica que la declaración de monseñor Tatzinger no con aporta nada nuevo y que no ha podido decir otra cosa, ya que "la doctrina que ha profesado siempre y profesa la Iglesia sobrela indisolubilidad del matrimonio nos lleva de la mano a esta conclusión".