MONSEÑOR BUXARRAIS: "CUANDO SE ECHA AL EMIGRANTE ESTAMOS RECHAZANDO A DIOS"

MADRID
SERVIMEDIA

El obispo emérito de Málaga monseñor Ramón Buxarrais afirma, en un artículo que será pulicado en el próximo número de la revista "Vida Nueva", que "cuando se echa al emigrante, por incómodo que pueda sernos u hostil que pueda resultarnos, estamos rechazando a Dios".

El obispo señala que en estos últimos años muchos magrebíes ya no cruzan la península sino que se quedan de manera legal o no, entre nosotros. "En la inmensa mayoría de los casos, son pobres. Y ningún pobre deja su familia y su tierra por capricho o curiosidad. Emigran porque tienen hambre. Nosotros haríamos los mismo".

Tras recordar que Dios, para llevar a cabo su salvación, siempre escoge a los pobres, a los débiles que el mundo rechaza, monseñor Ramón Buxarrais añade que "Dios se comunica a los hombres en situaciones de migración, es decir en situaciones de pobreza, de soledad, de lejanía. Por eso, en muchos casos, los emigrantes resultan ser mensajeros de Dios. Son mensajeros incómodos porque destruyen nuestros esquemas seguros; pero son necesarios porque, gracias a ellos, caemos en la cuenta de la urgencia en construr la casa común para la gran familia humana".

En su artículo, monseñor Buxarrais evoca cómo "durante el verano, Ceuta y Melilla se convierten en puerta obligada de salida y entrada para los emigrantes magrebies que trabajan en Europa".

"Los distinguimos por sus coches cargados de niños y paquetes. Agotados cruzan, ida y vuelta, la península. Con demasiada frecuencia y casi siempre debido al cansancio sufren accidentes graves, cuando no mortales. Se apean en las áreas de descanso o junto a la carrtera para dormir, comer o rezar. Los pequeños, cara risueña, color aceitunado, ojos grandes, pelo negro y rizado, parecen quitarle dramatismo al largo y pesado viaje. A pesar de todo, lo de los magrebíes es un drama humano como pocos los hay", subraya monseñor Buxarrais.

(SERVIMEDIA)
07 Jul 1994
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