León explicó, en declaraciones a la Ser, que la comunidad religiosa en Argel celebrará hoy un acto religioso antes de que los cadáveres de las dos monjas sean repatriados a España.

Las religiosas agustinas fueron tiroteadas ayer tarde cando volvían de oir misa, junto a otras religiosas, en el barrio de Bad-El-Ued, en el centro de Argel. Esther Paniagua murió en el acto, mientras que la hermana María Alvarez -conocida como sor Caridad- falleció posteriormente en el hospital militar.

Ambas monjas, que se dedicaban a labores de caridad y asistencia social, vivían en el barrio de Bad-El-Ued, feudo del integrismo islámico. Bernardino León indicó que ayer por la mañana visitó a Esther Paniagua, que le había pedido "una serie de cosas" par las tres comunidades de personas necesitadas que la orden de las Agustinas Misioneras atienden en esa ciudad.

El cónsul recordó que dos días antes los integristas de GIA habían dado un ultimátun a los extranjeros para que abandonaran el país y aseguró que podría ser este grupo el que cometió el doble asesinato.

A pesar de las recomendaciones realizadas a todos los extranjeros de que abandonaran Argelia ante las amenazas de los fundamentalistas islámicos, la comunidad religiosa española decidió prmanecer en Argel para llevar a cabo su misión asistencial.

La comunidad de las Agustinas Misioneras en Argel, formada ahora por ocho monjas, tiene la intención de continuar en el país norteafricano, a pesar de reconocer una de sus portavoces que tienen mucho miedo ante la posibilidad de nuevos atentados.