En un artículo que publica la revista "Temas para el debate", afirma que "la sinceridad y el decir las cosas con claridad" son rasgos definitorios de este movimiento. En su opinión, eso es lo que le hace creíble para colectivos sociales cada vez más amplios, "a pesar de que lo tienen todo en contra, empezando por los poderosos medios de comunicación de masas".

A su juicio, el movimiento antiglobalización formula propuestas"concretas, posibles y razonables" y dice cosas "tan claras como evidentes": "que la globalización, tal y como está configurada, genera una minoría de vencedores y una mayoría de perdedores, que los rezagados nunca alcanzarán a los adelantados, y lo que es peor, se perpetuarán como tales".

En ese escenario, subraya que la parte mayoritaria de la izquierda europea, "desde el desprecio que produce creerse y ser clase política", busca a golpe de efecto mediático terceras vías, socialismos liberales o repblicanismos sin república. "Todo ello en contextos de desnaturalización y de olvido de los de abajo", remarca.