En declaraciones en los pasillos del Congreso, Molins quiso dejar claro que en CiU no existe voluntad alguna de "zaerir absolutamente a nadie" y que las declaraciones de Pujol no llevaban incorporadas ningún tipo de advertencia.

Explicó que las reflexiones del presidente de la Generalitat tuvieron su origen en una queja planteada por Esquerra Republicana al acusar a CiU de carecer de influencia en el Parlamento español, a lo que Pujol replicó que la opinión pública sí constató esta facultad en el adelanto electoral de 1996.

"Y eso fue todo lo que dijo. De ahí a pasar a decir que eso es una advertencia o una dmostración de poder, me parece absolutamente exagerado", remachó.

Molins lamentó que en un momento en el que hay encima de la mesa noticias muy positivas para la marcha de la economía, como los últimos datos de inflación o el acuerdo entre patronal y sindicatos sobre reforma laboral, haya una "cierta tendencia a crear problemas donde no los hay".

"Son dos 'noticiones' que en nada pueden venir ensombrecidos por cosas que no obedecen a ningún tipo de problema real, sino a malas interpretaciones quese les quiere dar", afirmó el portavoz nacionalista.