La mitad de los análisis presentaba un contenido medio de hielo del 13%. Esta práctica, que no tiene repercusiones sanitarias, constituye un fraude económico al consumidor, por tratarse de un aumento artificial del precio del producto. En dos casos el hielo llegó a representar la cuarta parte del peso de los langostinos.

"Eroski" puntualiza que, en el caso de los langostinos, no es necesario el 'glaseado' para la congelación, puesto que el propio animal cuenta con una cáscara protectora que evta la desecación y hace innecesario que se agregue hielo.

No obstante, la conclusión principal es tranquilizadora, puesto que todos los langostinos estaban en óptimo estado higiénico-sanitario. En cuanto a los aditivos, no se detectó ácido bórico, de uso prohibido.

Los niveles de sulfito se encuentraban dentro de los límites admitidos por la normativa, aunque la revista incide que el 21% de las muestras sobrepasaba los máximos fijados para este conservante por una directiva comunitaria que entrar en vigor en breve plazo.

Los precios oscilaron entre las 1.500 y las 2.998 pesetas el kilo, es decir, el doble. Curiosamente, en la muestra más cara se detectó la mayor proporción de hielo de los 24 ejemplos analizados.