Así lo revela la última publicación del Barómetro de Consumo de la Ciudad de Madrid, "El comportamiento del consumidor madrileño ante la crisis", un estudio sobre los efectos de la mala situación económica en las pautas de consumo de los madrileños presentado hoy en rueda de prensa por el delegado de Economía, Miguel Ángel Villanueva.

Analizando la reacción de los madrileños según el tipo de consumo que realizan, el 25% reduce gastos importantes como la compra de automóviles, mobiliario y electrodomésticos, además de recortar los viajes por vacaciones y aparcar la reforma de la vivienda.

En los productos alimenticios, la mayoría de los hogares comprueba más los precios (68,4%), buscan más ofertas (68,4%), compran productos más baratos (60,4%) y son más estrictos en la lista de la compra (56,2%). Sin embargo, siguen siendo fieles a sus establecimientos habituales: sólo el 19,1% ha cambiado de comercios.

El 42,4% ha modificado un hábito importante, el de comer fuera de casa, haciéndolo ahora en ella o llevándose la comida al trabajo. El 44,6% frecuenta en menor medida los servicios hosteleros y el 42,2% reduce su asistencia a espectáculos.

En cuanto a productos textiles, el 54,2% se plantea reducir el gasto en vestimenta, aprovechando más las rebajas y comprando menos ropa (47,4%). Por otro lado, los servicios de comunicación e informática y del vehículo privado son los dos apartados que más se resisten a reducir su presencia en la cesta de la compra.

OPERACIONES FINANCIERAS

La situación del ámbito financiero ha obligado a numerosas familias a cambiar sus políticas de ahorro e inversión. El 21,7% de los hogares madrileños han reducido, o piensan hacerlo, sus gastos financieros, siendo el método más empleado la disminución de las compras a plazos (20%), la renegociación de la hipoteca (14,4%) y la cancelación anticipada de créditos (9,6%). El 17% de los hogares admite tener dificultades para hacer frente a los pagos.

Las bajadas de los tipos de interés, el desplome de las bolsas, la caída de los dividendos o la desconfianza en los productos financieros han afectado a los hábitos de ahorro del 21,2% de los hogares. Entre las diversas alternativas, la mayoría de las actuaciones se han concentrado en mover los ahorros de una entidad bancaria a otra (29,5%), trasladar el dinero a cuentas de alto interés (18,9%) o abrir depósitos a plazo (20,5%).

Por otra parte, el Índice de Confianza del Consumidor Madrileño, la valoración de los hogares de la capital ante la situación económica del país, en el primer cuatrimestre de 2009 se ha fijado en 22,8 puntos, retornando al nivel del mismo periodo de 2008.