La disposición comenzó a gestarse en la cumbre portuguesa de Feira de junio de 2000, que estableció la formación permanente como arma imprescindible para responder con éxito a los retos de una sociedad y una economía basadas en el conocimiento.

La cumbre de Barcelona del pasado abril pidió a los ministros de Educación que elaborasen na resolución que sirviese de guía a los Quince para desarrollar sus políticas de educación, formación y empleo.

El texto establece entre sus prioridades el acceso de todos los ciudadanos, independientemente de su edad, a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación y a los idiomas.

También incluye como objetivo primordial la formación y actualización de profesores y formadores para el desarrollo de la educación permanente, así como la información y asesoramiento a los ciudadanosde las acciones de educación permanente que emprendan las Administraciones.