Fuentes del ministerio señalaron que muchos de los archivos enunciados, en los que supuestamente existen plagas de insectos bibliófagos y problemas de humedad, tienen su titularidad ransferida a las administraciones regionales y locales y, por tanto, no son responsabilidad del Estado.

Un portavoz de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos señaló a Servimedia que el único archivo de los mencionados que ha tenido un problema real de contaminación de bibliófagos ha sido el Archivo del Reino de Galicia, y ya en 1988 se cambiaron las estructuras de madera y se inició un programa de desinfección de fondos.

"En ninguno de los demás archivos hay actualmente focos de infecció, y tanto el estado de conservación de los documentos como las condiciones ambientales están dentro de lo recomendable", aseguró el mismo comunicante.

Como ejemplo del correcto estado actual de estos centros, comentó que el Archivo de Simancas, el Archivo Histórico Nacional y el Archivo del Reino de Mallorca, durante el último año registraron una humedad relativa del aire en los depósitos de entre el 50 y el 70 por ciento, cuando la media general, de acuerdo con las normas internacionales, es del 60 pr ciento.

"De todas formas, cuando ingresan nuevos documentos en un archivo y se desconoce su estado de conservación anterior, hay una norma de someterla a estudio y tratamiento de desinfección antes de integrarla en los depósitos, para evitar cualquier posible contagio", aseguraron las mismas fuentes.

En los últimos diez años se han construido veintidós edificios nuevos de archivo, se han reacondicionado cuatro, se están construyendo otros seis y hay siete más en proyecto, y en todos ellos hay u taller de conservación y restauración, con personal especializado.

Estas cifras llevaron al anterior ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, a afirmar que en la última década se habían creado en España más archivos que en los 250 años transcurridos desde el reinado de Carlos III.