Bobillo transmitió a los responsables de las grandes superficies que la Administración entiende que "dichas prácticas vulneran la normativa vigente relativa al comercio del libro, desconciertan al consumidor y perjudican la supervivencia de las librerías, que son un sector indispensable para la difusión editorial".

Para el director general del Libro, "las pequeñas librerías constituyen una red de puntos esenciales de difusión y formación culturl sin la que muchos libros españoles no llegarían a ser publicados, con graves consecuencias para la cultura española".

El proteccionismo hacia estos establecimientos está motivado, según Bobillo, en que las librerías cuentan con una oferta mucho mayor y plural que las grandes superficies, pero los costes de mantenimiento de muchos libros de lenta rotación no les permite competir con los grandes almacenes, que ofrecen principalmente libros de texto y títulos de venta masiva.

"El decreto sobre Preio de Venta al Público de Libros, aprobado en 1990, defiende la pluralidad de la oferta editorial, la existencia de librerías bien surtidas y la competencia por los servicios ofrecidos y no por el precio, que ha de ser común en todas ellas", explicó el director general.

Por su parte, los representantes de las grandes superficies presentes en la reunión indicaron que no existe una jurisprudencia unificada ante las demandas presentadas por los libreros en distintos juzgados y se comprometieron a estudia el cese de la campaña de descuentos, exigido por el Ministerio de Cultura.