Un total de 37 personas componen los retenes encargados de la prevención y extinción de incendios en este gran parque forestal, que, en diferentes turnos, cubren las 24 horas, así como los puestos de vigilancia de las torretas. Además, en horario diurno, un grupo de empleados municipales con un camión de extinción apoyan este operativo, que ofrece un tiempo de respuesta inferior a 10 minutos.

Botella, que presentó el plan en la Casa de Campo, declaró que este parque es considerado por los madrileños como algo muy suyo, y dijo que supone un caso único de valor ambiental, cultural y natural.

Las funciones del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales son prevenir el fuego, detectarlo lo más rápido posible y combatirlo eficazmente. Para la detección existe una red de vigilancia que incluye dos torres de control para localizar los conatos de incendio. La información se transmite a una Central de Operaciones gestionada por el Ayuntamiento y coordinada con el Servicio de Emergencias 112.

Para la extinción de los incendios en esta época de máximo riesgo, el servicio es reforzado con tres retenes de pronto ataque equipados con dos autobombas ligeras, dos vehículos todoterreno y dos camiones nodriza para suministrar agua a las autobombas, según informó el Consistorio.

La delegada de Medio Ambiente explicó que entre 2000 y 2003 la media de la superficie afectada por incendios era de 98.434 metros cuadrados al año (m2/año), mientras que entre 2004 y 2008 esta cifra se redujo un 90%, hasta 10.364 m2/año.

"Esto significa que estamos dando los pasos adecuados para evitar el riesgo de que el fuego destruya uno de los entornos con mayor valor medioambiental de Madrid. Pero, de nada servirían estos esfuerzos si no contásemos con la participación y colaboración ciudadana", señaló.

Un gran número de los incendios, según Botella, se debe a causas humanas, por lo que la responsabilidad individual de todos los que visitan la Casa de Campo es determinante en la prevención. A su juicio, respetar las señalizaciones, no hacer ningún tipo de fuego o no arrojar colillas al suelo son normas básicas que todos debemos cumplir.

Pero, según Botella, también es precisa una colaboración activa. Por ello, invitó a que, ante la más mínima sospecha de que se esté desencadenando un incendio, los ciudadanos avisen a los servicios de emergencia a través del 112.