El despliegue de los soldados españoles se produce tras la autorización unánime del Congreso de los Diputados al envío de 1.100 militares en la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL).

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, fue el encargado, por parte del Gobierno, de solicitar la autorización del Parlamento para la participación de un contingente militar español en la misión de Naciones Unidas.

Sin embargo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, irrumpió en el debate tras la primera intervención de los grupos parlamentarios para decir que Iraq es un "pasado para no recordar", para demostrar "lo que no se debe hacer" respecto al uso de la fuerza en misiones en el exterior.

Todos los grupos parlamentarios apoyaron el envío de los militares al Líbano, aunque algunos mostraron ciertas reticencias sobre la misión y el riesgo que correrán los efectivos españoles.

El presidente aprovechó su intervención para reiterar el agradecimiento a todos los grupos políticos de la Cámara por el sentido afirmativo de su voto; y ofreció mantener el máximo grado de comunicación y de información sobre la misión que los soldados españoles van a desarrollar en Líbano.

Dijo que es una misión que el Gobierno considera seria, que tiene riesgos, pero que es necesaria y exige el compromiso de España y de sus militares, detrás de la bandera de Naciones Unidas, de la Unión Europea y de España. Será la mejor forma de hacer un patriotismo real después de que se haya autorizado la misión de paz en Líbano.

En cuanto a las reticencias mostradas por los grupos parlamentarios, pese a su apoyo al envío de tropas, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, criticó la "hipocresía" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por llamar paz a lo que en realidad es "una misión de guerra".

En cuanto a CiU, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran i Lleida, expresó un apoyo "no entusiasta" al envío de las Fuerzas Armadas a la zona, pero reconoció que es "responsable, meditado y maduro".

Destacó la posición de Izquierda Unida que, por primera vez, respaldó la participación de las tropas españolas en misiones en el exterior. El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, expresó este apoyo "con la esperanza de paz, pero con condiciones".

La mayoría de los grupos parlamentarios se centraron en debatir sobre el envío de las tropas al exterior, salvo Coalición Canaria, que aprovechó para pedir que los militares, al igual que van al Líbano, blinden las costas canarias; y el PSOE, que centró toda su intervención en criticar al PP y recordar la participación española en la guerra de Iraq, impulsada por el anterior Ejecutivo.

LA MARINA, LOS PRIMEROS

En esta nueva misión en el Líbano, aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros y hoy autorizada por el Congreso, España asumirá el mando de una brigada multinacional que se desplegará por el este del país.

El despliegue de los militares españoles se hará en dos fases. En la primera irá un batallón de la Brigada de Infantería de Marina, con sede en San Fernando (Cádiz), y más tarde, el 1 de noviembre, será relevada por un batallón de la Brigada de la Legión.

En ese momento quedará constituida una brigada multinacional en la que España, además de liderarla, aportará el grueso de su contingente con los "legionarios" ya desplegados. El resto lo conformarán militares de Bélgica, Finlandia, Portugal, Polonia e Irlanda, hasta sumar un mínimo de 2.000 efectivos.