El féretro, procedente de Madrid, llegó al aeropuerto de La Parra de Cádiz pasadas las 14,40 horas en un aviocar del Ejército del Aire, junto a la viuda y los cuatro hijos del teniente asesinado, y fu trasladado al cementerio mancomunado de la Bahía de Cádiz, en Chiclana.

El gobernador militar de la provincia, el general de Brigada de Infantería Máximo Fernández Usero; la delegada del Gobierno, Amparo Rubiales, y las primeras autoridadas civiles y militares de la provincia aguardaron la llegada del cadáver del militar.

Posteriormente, en Chiclana se congregaron el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, los padres del militar asesinado y unas 300 personas. Cuando se procedió a entrrar el cadáver, se dispararon las salvas de ordenanza.

Las manifestaciones de duelo por el teniente asesinado comenzaron ayer, cuando el Club Militar de Cádiz suspendió la presentación de un libro de la poetisa María del Carmen Calderón Infantes. Por su parte, la Diputación Provincial no llevó a cabo hoy la inauguración de la urbanización 'La Salinilla', en San José del Valle.

El alcalde de Medina, Juan María Cornejo, mostró su indignación por "este asesinato inútil perpretado por quienes pretenen ser representantes de la voluntad del pueblo y no son sino asesinos que deben estar en la cárcel".

Por su parte, el obispo de la diócesis de Cádiz-Ceuta, monseñor Antonio Ceballos, expresó en un telegrana dirigido al arzobispo castrense, José Manuel Estepa, su condolencia "por esta pérdida irreparable".