"Es una promesa relativamente fácil de cumplir, porque si no se acaba legalmente con la mili, la mili se acaba sola en muy pocos meses", afirmó García.

Según la ODS, el número de jóvenes que entran en sorteo este año "es mínimo; el año que viene -haya o no haya sorteo- será todavía mucho más pequeño. Al final, la asignación de destinos será una especie de paripé si se mantiene la mili".

"Es evidente la neesidad de certificar lo que ya es una realidad: que la mili está muerta", subrayó el secretario general de la ODS.

Sin embargo, Carlos García echa de menos en estas promesas electorales "una reflexión sobre lo que queda después de la mili. Es un avance importantísimo que hayamos acabado con la recluta obligatoria, pero ahí va a haber varias decenas de miles de jóvenes que no van a hacer la mili, pero van a hacer poco más que una mili pagada".

La ODS cree que "la tropa profesional no reúne las coniciones necesarias para poder ser considerada como profesional. Es un voluntariado pagado, pero no hay posibilidad de permanencia, de ascenso; no reúne las condiciones para ser considerado una profesión".

"A nosotros nos gustaría que se empezara a reflexionar y a proponer cosas sobre eso, para mejorar las condiciones de esta gente, que tiene problemas muy serios", apuntó García.

Precisamente el escaso atractivo actual de la oferta de tropa profesional es la causa, para la ODS, del bajo número de spirantes. "Es evidente que ha fracasado el servicio militar y que estamos en riesgo de que fracase este modelo, precisamente porque no se ha dado el paso importante de realmente profesionalizar, ir a una profesión militar única, y que no haya militares 'fetén' y unos militares de tercera clase sin ningún derecho", advirtió el secretario general de la ODS.