A su juicio, no tiene sentido que el Ejecutivo reconozca que la profesionalización del Ejército supone un incremento presupuestario significativo, "pero, por otra parte, nos diga que la filosofía del Gobierno va a ser de austeridad presupuestaria, que hay que controlar el déficit público, que habrá que cumplir con Maastrich".

Moya argumentó que el Gobierno no ha explicado de donde va a sacar el inero para abonar 30.0000 pesetas a los soldados de reemplazo o para pasar de los 3.500 contratos profesionales anuales en el Ejército que realizaba el Ejecutivo socialista a 10.000.

Finalmente, Moya lamentó que el Gobierno haya realizado este anuncio sobre la profesionalización del Ejército hacia finales del 2001 fuera de la Comisión de Defensa del Congreso.