Los manifestantes recorrieron las calles de Bermeo encabezados con una pancarta en la que se leía "gaur Infrisa, bihar Caladero, Freiremar, Fast Fish" (Hoy Infrisa, mañana Caladero, Freiremar, Fast Fish), en relación a las empresas importadoras del territorio esañol.

La marcha realizó diversas paradas frentes a las empresas conserveras de la zona y finalizó, sin incidentes, en la plaza de la villa donde se leyó un comunicado de los pescadores.

Los representantes de los boniteros, a quienes apoyaban los alcaldes de los municipios vascos y cántabros que cuentan con flota atunera, Gobierno vasco, así como representantes de algunos partidos políticos vascos, solicitaron mediante un comunicado leído al final de la marcha, la erradicación de las volantas debio a su incompatibilidad con el sistema marino.

En el escrito, leído por el secretario federal de las cofradías guipuzcoanas, Antón Pérez, acusan a las flotas francesa, inglesa e irlandesa de "utilizar" a los pescadores españoles y de vulnerar la normativa comunitaria.

Las críticas también recayeron hacia los importadores de atún a quienes acusan de falta de ética ya que, según aseguran los pescadores, conocen la procedencia del pescado y que, pese a ello, venden ese producto de "mala calidad" com bonito del norte con el objetivo de lucrarse.

Finalmente exigieron el cese de la compra de túnidos capturados ilegalmente, solicitando el apoyo de la opinión pública y de los consumidores. Los pescadores advirtieron que facilitarán los nombres de aquellas conserveras que compren bonito pescado con redes ilegales.