En rueda de prensa, Manuel Adorni comentó “las llamativas e impulsivas amenazas del ministro de Relaciones Exteriores del Reino de España”, José Manuel Albares, del que dijo no entender “el motivo de su resquemor”.

“El presidente argentino no hizo mención a nadie en particular, llama poderosamente la atención que se ponga en tensión las relaciones entre dos países históricamente hermanados por una decisión poco meditada”, subrayó.

Además, confió en que “superadas, por supuesto las instancias electorales en Europa que motivan estas acciones, podamos reconducir las relaciones”, asociando la respuesta española a la cercanía de los comicios al Parlamento Europeo el 9 de junio.

“El Gobierno argentino insta a que los funcionarios del Reino de España pidan disculpas por los agravios que se le endilgan al presidente Javier Milei”, sostuvo, y enumeró entre ellos “el de consumir sustancias, el de ser un Gobierno del odio, el de ser un ejemplo de negacionismo y el de atentar contra la democracia”.

Por otra parte, sobre si a Pedro Sánchez y al Gobierno de España no le gustaron las palabras de Milei sobre el socialismo y la corrupción, Adorni afirmó que no es un problema de la República Argentina: “Como se dice vulgarmente, al que le quepa el sayo que se lo ponga”, apostilló. “Nuestra posición es absolutamente clara, después de una catarata de insultos lo único que pasó" fue que, "sin mencionar absolutamente a nadie, hablamos de corrupción, y se sintieron ofendidos”, recalcó.

SIN CONFLICTO

Adorni fue tajante y afirmó que “nosotros no nos vamos a poner en comunicación con el presidente español” y en cambio reclamó que “efectivamente el presidente español se comunique y pida las disculpas del caso, incluso públicamente. Creo que sería lo más razonable”.

Asimismo, el portavoz del Ejecutivo de Milei negó que hubiese un conflicto diplomático, ya que, aseveró, “la diplomacia entre los pueblos está muy por encima de una diferencia que puede haber entre dos personas, incluso siendo ambos presidentes de cada una de las naciones, así que aquí no hay un problema diplomático”.

Respecto a la reacción del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien rechazó "profundamente" los comentarios del presidente de Argentina, al considerarlos "fuera de tono”, y lejos de “lo que se pide a dos países amigos, hermanos", el portavoz replicó que “por más que quieran hacer creer que somos antidemocráticos, respetamos las opiniones y de las más diversas, no solo en este caso, digo en general, somos muy respetuosos de las opiniones e incluso de las opiniones que no van en línea con lo que nosotros pregonamos”.