En la actualidad hay en Epaña unos 2.800 cuarteles y en los últimos meses han sido cerrados 250, lo que ha provocado manifestaciones de protesta de los vecinos de diversas localidades de Salamanca y Almeria, contrarias al desmantelamiento de estas pequeñas casas-cuarteles.

Para Antonio Merino, subdirector del Gabinete Técnico de la Dirección General de la Guardia Civil, el problema principal "radica en una cuestión de infraestructura de personal y medios que junto a la actual configuración del Estado no justifica operativamene una presencia tan diluída".

Exceptuando Navarra y el País Vasco, en donde, por acuerdo de la Junta de Seguridad, el despliegue corresponde a la policía autónoma, los expertos de la Guardia Civil han elaborado un estudio para el resto del país, en función de las competencias asignadas por ley y de los problemas específicos en materia de seguridad y orden público de cada localidad.

Las fuentes consultadas por esta agencia precisaron que de seguir manteniendo el esquema actual, se originaría un prblema de infrestructura y dotación de muy difícil solución.

A su juicio, "es preferible concentrar los cuarteles en poblaciones de tipo medio y dotarlos adecuadamente con un radio de acción suficiente, a continuar con cuarteles obsoletos en muchas zonas rurales cuyo mantenimiento hoy ya no tiene sentido".

Cada cuartel abierto necesita al menos 5 personas y para que sea mínimamente operativo entre 10 y 15, lo que obligaría a dotar a la Guardia Civil con 110.000 efectivos, unos 40.000 más de los 70000 actuales.

A dicha cifra hay que añadir que cada año se dan de baja por diversos motivos alrededor de 2.500 miembros de la Benemérita, que se suplen con los nuevos ingresos, con lo que se tardarían unos 20 años para llegar a la cifra requerida a un ritmo de 5.000 ó 6.000 nuevos guardias cada año; número, además, muy improbable de reclutar.