Michavila hizo hoy balance de los juicios rápidos, que entraron en vigor el pasado 28 de abril después de una profunda reforma legisativa.

De esos 45.000 asuntos, las faltas se resolvieron en tan sólo 72 horas y los delitos en quince días, mucho menos de los doce a quince meses que tardaban antes de la entrada en vigor de los juicios rápidos.

A juicio de Michavila, esto supone una "revolución pacífica" de la Justicia Penal que permite tutelar de manera más eficaz los derechos y libertades de los ciudadanos frente a la delincuencia.

"Este es el primer verano en el que la Justicia Penal celebra juicios rápidos por la mañan, por la tarde, incluso sábados y domingos. Por primera vez en nuestra historia no se coloca el cartel de cerrado por vacaciones en agosto en la Justicia Penal", afirmó Michavila.

Recordó el ministro que el plan para implantar esos juicios ha permitido que se atiendan en los 1.273 Juzgados de toda la geografía nacional con un sistema de turnos para no interrumpir que se dicten sentencias en 72 horas, incluso en el mes de agosto.

De hecho, aseguró que la Orden de Protección a las víctimas de la vilencia doméstica, que entró en vigor el pasado 2 de agosto y que se tramita mediante el procedimiento de juicios rápidos, ha podido ser ya aplicada en algún Juzgado de Instrucción.

El ministro agradeció por ello el esfuerzo de jueces, fiscales, abogados y todos los operadores implicados en la puesta en marcha de los juicios rápidos, y destacó también la entrada en vigor hoy del Reglamento de Asistencia Gratuita, que agilizará la lucha contra la delincuencia y que se incorpora a los juicios rápidos.

Entre otras mejoras, esta iniciativa permitirá que desde el momento de su arresto el detenido sea atendido por el mismo abogado que va a llevar su caso durante todo el proceso, a fin de que el juicio se haga con todas las garantías, con defensa, pero también con la máxima agilidad.