MEXICO RECIBE A AZNAR CON FRIALDAD OFICIAL Y ABIERTO RECHAZO DE LA PRENSA

MEXICO D.F.
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José María Aznar, arribó esta madrugada (hora española) a México en una visita marcada por la frialdad con la que ha sido recibido por las autridades del país, temerosas del fuerte recelo que suscita en la opinión pública mexicana, claramente contraria al ataque a Irak, esta escala de 17 horas hecha por Aznar camino de Texas para entrevistarse con el presidente de los EE.UU., George W. Bush.

Hasta el Departamento de Estado de los EE.UU. ha tenido que intervenir, a través de su portavoz, Richard Boucher, para aclarar que Aznar no es portador de un supuesto mensaje del secretario de Estado, Colin Powell, instando al presidente mexicano, Vicene Fox, a que cambie de postura en el Consejo de Seguridad de la ONU y se sume a EE.UU., España, Gran Bretaña y Bulgaria en el apoyo a un ataque a Irak.

Boucher señaló que Aznar va "en nombre del Gobierno español; dejemos a Aznar decidir qué quiere decirle al presidente (Fox)". No obstante, el alto funcionario estadounidense reconoció que en los últimos días Powell ha mantenido intensos contactos con sus socios en busca de una redacción aceptable para una segunda resolución del Consejo de Seguridad de a ONU, y no negó que este tema será con toda probabilidad uno de los tratados por Aznar y Fox.

Tras la dimisión del secretario de Exteriores, Jorge Castañeda, claramente proestadounidense, la política exterior mexicana ha dado un giro de independencia respecto al vecino del norte. Fox declara hoy en el diario "El Universal" que "México no acostumbraba a tomar posiciones claras" y , a partir de ahora, va a participar "activamente" en las decisiones internacionales y no sólo secundar la política del Deprtamento de Estado.

Por eso, la visita del presidente español se ve con recelo en este momento, ya que se considera en cierta manera una intromisión en un momento de tensión en las relaciones con Washington, admiten fuentes españolas.

Muestra de ello es la frialdad diplomática con la que Aznar fue recibido. No acudió al Pabellón de Estado del aeropuerto Benito Juárez ni siquiera el nuevo titular de Exteriores mexicano, Luis Ernesto Derbez. Le esperaban al pie de la escalerilla del avión Mireya Teán y Jaime García Amaral, directora de Protocolo de la Presidencia de la República y director para Europa de la Secretaría de Exteriores, respectivamente, acompañados por la recién nombrada embajadora española, Cristina Barrios.

La comitiva oficial se trasladó directamente a "Los Pinos", residencia oficial del presidente de la república, donde Fox y Derbez esperaban a Aznar para ofrecerle una cena privada.

Tras la entrevista, no hubo rueda de prensa conjunta, como suele ser habitual en las visita de presidentes y primeros ministros. Al término de la cena, Aznar se trasladó a un hotel de la capital federal, donde compareció ante los enviados especiales que le acompañan en este viaje, los corresponsales en el país azteca y la prensa mexicana.

La clase política y la prensa mexicana se han encargado en los últimos días de calentar la visita. El presidente del Senado, Enrique Jackson, dijo que hay muchas cosas que unen a España y México, "pero la guerra no". Por su parte, el izquierdista PRD, que etenta la alcaldía de la capital, emitió un comunicado diciendo que "no puede ser grata" la visita de un gobernante extranjero que viene a hacer belicismo.

También la prensa está cargada de epítetos. Precedida de la protesta que anteayer protagonizaron varios cientos de personas ante la embajada española en la capital federal, con pancartas contra el ataque a Irak y una reproducción del "Guernica" de Picasso, la opinión publica de este país ya mostraba el lunes un claro rechazo a la visita.

El dirio izquierdista "La Jornada" titulaba un editorial de ese día: "Aznar non grato". Periódicos de más tirada, como "El Universal" o "Reforma", acompañaban ayer las declaraciones de Boucher con unas de Fox, en las que advertía, antes de verse con el mandatario español, que "(Aznar) va a escuchar mucho de nuestra parte y creo que eso sirve precisamente para acabar de encontrar el consenso. Estoy seguro de que Aznar va a venir ahora más a escuchar y a ver alternativas que a tratar de vender su posición".

stas palabras estaban acompañadas de otras del analista político Juan María Alponte, quien dice: "No sé si (Aznar) ha sopesado bien el hundimiento de otro 'Prestige': Su adhesión total a la posición de Estados Unidos ante la de los españoles en pro de la paz (...) No debe intervenir en el voto de México, que lo deben madurar el pueblo y el Gobierno de México (...)"

Hoy, viernes, a media tarde (hora española), el presidente español emprende viaje a Houston (Texas), donde pronunciará una conferencia en l Houston Club, a las 19.30 (hora española). Acto seguido, en la misma ciudad, mantendrá a las 22.00 (hora española) un encuentro privado con el ex presidente de EE.UU. y padre del actual inquilino de la Casa Blanca, George Bush.

Ya por la tarde (una de la madrugada del sábado en España), el presidente del Gobierno se trasladará en helicóptero al rancho de la familia Bush en Crawford, donde mantendrá una cena con el presidente de los EE.UU.

Aznar y su esposa, Ana Botella, pernoctarán en el ranchoinvitados por los Bush, y a las 8.30 del sábado (14.30 en España), los dos presidentes mantendrán un desayuno de trabajo, seguido de rueda de prensa conjunta y almuerzo privado.

(SERVIMEDIA)
21 Feb 2003
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