Según informó hoy Metro, aunque la investigación, tanto policial como por parte del suburbano, sigue abierta, la cantidad que han podido sustraer desde que se detectaron irregularidades en la recaudación en verano de 2008, podría ascender a unos 250.000 euros, lo que supone el 0,06% de la recaudación en efectivo que se realiza en toda la red de Metro cada año.

La compañía metropolitana explicó que, gracias a los controles permanentes y continuos que realiza el suburbano de la recaudación obtenida, tanto a través de las máquinas expendedoras como de la venta presencial, se detectaron en verano de 2008 resultados anómalos en la recaudación.

Ello llevó a Metro a intensificar esos controles, y, tras descartar fallos en las máquinas, extremó su vigilancia sobre el personal de la empresa de seguridad que transporta los fondos de Metro.

Además, en octubre un supervisor de una estación de Metrosur detectó que la saca proporcionada por unos vigilantes de Loomis que iba destinada a surtir de cambio a una de las máquinas pesaba menos de lo que debería.

Metro comprobó que siempre que tres de los trabajadores de la empresa coincidían en un mismo servicio faltaba dinero. Según la compañía, estos vigilantes, tras coger la caja llena de monedas de la máquina expendedora de billetes e introducirla en el interior del furgón blindado, abrían la caja y ahí se hacían con el botín.

En un último seguimiento a estos vigilantes, Metro avisó a la Policía, que acudió a la sede central de la empresa Loomis para detenerlos. Metro se personará como acusación en los procedimientos judiciales que se deriven de estas actuaciones y exigirá a Loomis el pago de lo que se acredite como sustraído por sus trabajadores.