Fuentes directivas de Renfe consultadas por Servimedia informaron que el nuevo plan de empresa debe ajustarse a los criterios del contrato-programa con el Estado, en el que se pretende corregir una política de adelanto de inversiones en infraestructuras ferroviarias por la compañía a cuenta de las transfrencias que el Ministerio de Obras Públicas realiza a la empresa.

En este nuevo marco de relaciones entre Renfe y el Estado, la empresa que preside Mercè Sala quiere evitar la atropellada política patrimonial de su antecesor en el cargo, Julián García Valverde, al que una operación de recalificación de terrenos de la empresa en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes llegó a costarle el puesto como ministro de Sanidad y Consumo.

Según las fuentes de Renfe consultadas, Mercè Sala ha djado muy claro ante su equipo de dirección que la empresa tiene que dejar de ingresar dinero por "operaciones especiales de patrimonio" y normalizar las rentas que producen estos activos.

Con este fin, se están preparando varios negocios alternativos a la simple venta de terrenos, que van desde la cesión de derechos -como acaba de hacerse en la estación madrileña de Chamartín- hasta el acondicionamiento de viejas estaciones fuera de uso, para ubicar en ellas centros comerciales o de ocio.

Para ese último caso, la empresa cuenta ya con un ambicioso programa que contempla la recuperación de 450 instalaciones ubicadas en líneas férreas cerradas pero próximas a núcleos urbanos y otras 700 que ya no se usan aunque estén en líneas que todavía tienen servicio.

CINES Y BIBLIOTECAS

Responsables de Patrimonio de Renfe señalaron que existen negociaciones con muchos ayuntamientos españoles con esta finalidad y que el uso definitivo puede ser amplísimo, desde una biblioteca a un cine, pasando por cualquer otra instalación apta para el ocio o la cultura. De hecho, ya existen 20 contratros que reportarán a la empresa unos ingresos de 300 millones de pesetas en 1993.

Junto a la recuperación de activos inmobiliarios "inútiles" hasta ahora, Renfe pretende "quitarse de encima" algunas cargas, que, más que ingresos, le reportan gastos.

En este sentido, las mismas fuentes se refirieron a las 13.000 viviendas sociales para empleados y jubilados que conserva desde hace décadas y de las que piense vender .000 a sus actuales inquilinos a un precio de entre 1 y 1,5 millones de pesetas. Con ello, se ahorrará otros 300 millones de pesetas en gastos anuales de mantenimiento.

De los 42.000 millones de pesetas que Renfe espera ingresar con esta nueva política patrimonial hasta 1998, 7.500 irán a parar a las arcas de la compañía el año que viene.

Las previsiones del plan de empresa, al que tuvo acceso Servimedia, estiman unos ingresos de 2.900 millones en el 94 por operaciones urbanísticas ferroviarias, tros 1.200 por la venta de edificios, 2.200 millones más por la recalificación y venta de terrenos y 1.000 millones por alquileres y cánones en los que se incluyen los 150.000 metros cuadrados de oficinas que la empresa tiene sólo en Madrid.

Estas mismas líneas de negocio inmobiliario de Renfe deberán llegar a unos ingresos totales, sólo en 1998, de 10.000 millones de pesetas, sin contar la recientemente adjudicada "Operación Chamartín", con la que la empresa dispondrá de un edificio sede de 22.000 meros cuadrados ubicado junto a la estación madrileña.

Además, contará con los derechos sobre los beneficios brutos que del desarrollo urbanístico de 620.000 metros cuadrados sobre la propia terminal puedan surgir. Esta operación acaba de ser adjudicada al consorcio liderado por la corporación Argentaria.