Tras la reunión, Borrell hizo balace de los cinco años de gestión de Mercé Sala al frente de Renfe y lo resumió como "excelentes", ya que, dijo, se ha mejorado la calidad y el número de trenes, reduciendo el coste de la compañía para el presupuesto público.

Como consecuencia del incremento de la productividad con el que Renfe pretende mejorar sus ingresos hasta 1999 -45.000 millones de pesetas más que ahora-, la compañía ha diseñado un plan estratégico que incluye un aumento de la oferta, que se concentrará sobre todo en los serviciosde Cercanías y Cargas.

Por tanto, el nuevo plan estratégico, que prevé que exista una prórroga del acuerdo social con los sindicatos, para dejar la plantilla óptima en unas 35.000 personas, fija unos ingresos comerciales para el final del plan de 199.259 millones de pesetas, frente a los 154.045 millones de pesetas facturados en 1995, es decir, un incremento acumulado del 29,4% y del 6,6% anual.

No obstante, estas previsiones se centran en una mejora de la productividad apoyada por la reducción d los efectivos laborales, pactada en un acuerdo con los sindicatos que debe ser renovado a partir de 1997.

Respecto a la menor aportación del Estado entre 1996 y 1999, el plan estratégico de Renfe concentra el esfuerzo en Cercanías -que necesitará 3.500 millones de pesetas menos de subvención-, así como en las unidades de negocio sometidas a un plan de viabilidad que debe dejar el equilibrio financiero al finalizar 1998.

Mercé Sala explicó que este plan estratégico no ha sido informado al PP, porue dijo que el criterio de su gestión ha sido, desde que llegó, el de dirigir la compañía ferroviaria con planteamientos de empresa, única forma, añadió, de lograr la rentabilidad.

También explicó que el nuevo plan estratégico no está aprobado, "sólo informado", y que el próximo día 30 de mayo habrá un consejo ordinario en el que podría darse el espaldarazo definitivo al documento.