Los sabores más extendidos siguen siendo el tradicional de vainilla, aunque, los de fresa, chocolate y nata ocupan lugares nada despreciables. Es remarcable la aparición de sabores más sofisticados, helados con añadidos y formatos más pequeños.

Según las mismas fuentes, el consumo pe cápita anual es ya superior a los 6 litros, aunque todavía está muy lejos de los países del centro y del norte de Europa y de Estados Unidos. España se sitúa por encima de Portugal y Grecia.

En el año 2002 aumentó significativamente el consumo intensivo del helado (consumo de un mínimo de 2 ó 3 veces a la semana) respecto al verano del año anterior.

El sector genera un empleo directo de casi 6.000 puestos de trabajo, y un empleo indirecto muy superior ya que gran parte de las ventas se realizantravés de concesionarios y puntos de venta completamente independiente de las empresas fabricantes.

El Estudio Nutricional de los Helados, elaborado en enero de 2002 por el Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona para la Asociación Española de Fabricantes de Helados rompe la idea tradicional que situaba el helado en la categoría de golosina o de premio para los más pequeños, destacando el valor nutricional de los helados de base láctea.

Igualmente destaca que puedn integrarse dentro de una alimentación sana y equilibrada y que constituyen un vehículo placentero de aporte a nuestro organismo de nutrientes esenciales.

Entre las conclusiones del estudio destaca que los helados pueden integrarse dentro de una alimentación sana y equilibrada. El aporte de energía de los helados oscila, en función de los ingredientes, entre las 150 y 300 kilocalorías por 100 gramos, por lo que pueden ser considerados como productos con un contenido energético medio.