Este estudio, encargado por la Fiscalía de Menores y por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, insta a las autoridades sanitaria, educativa y de servicios sociales a crear centros especializados en el tratamiento de los "Trastornos de la Conducta Disocial" que padecen en Madrid 3.000 niños y adolescentes.

Del informe se desprende que estos entros deberán integrar una red que garantice las posibilidades de internamiento, atención en centros de día y la asistencia ambulatoria.

Este estudio ha analizado a niños o adolescentes cuyo comportamiento deriva constantemente en peleas o intimidaciones, crueldad hacia personas o animales, destrucción de objetos, incendios, robos, mentiras reiteradas, desobediencias graves y persistentes, faltas a la escuela, fugas del hogar o rabietas frecuentes.

En la Comunidad de Madrid hay alrededor de 1.50 niños o adolescentes de entre 10 y 18 años diagnosticados con este tipo de trastorno, ya sea moderado o grave. No obstante, se estima que la cifra real de afectados puede alcanzar los 3.000, de los que la tercera parte son graves.

Los centros en los que se les trate deben combinar la atención psíquica, escolar, familiar y social. El estudio señala que estos pacientes son "recuperables", aunque el proceso sea "largo, difícil y costoso".