Los manifestantes estuvieron vigilados en todo momento por varias docenas de furgonetas de la Policía Nacional con más de un centenar de agentes antidisturbios, un camión cisterna y un helicóptero, que sobrevolaba constantemente las inmediaciones de la Cámara Baja.

Desde primeras horas de la tarde, los efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado comenzaron a tomar posiciones alrededor del Conreso y en las calles adyacentes, así como en las inmediaciones de la Plaza de Cánovas del Castillo, estableciendo unos rigurosos controles que afectaban incluso a los peatones que transitaban por la zona, a los que impedían el paso a las proximidades del Congreso, si no justificaban a dónde se dirigían.

CORTES DE TRAFICO

Tal como estaba previsto, los manifestantes iniciaron la concentración a las siete de la tarde, cortando el tráfico en un carril del Paseo del Prado en dirección a la Glorieta de Calos V, lo que produjo importantes atascos en el centro de la ciudad.

A esa misma hora, algunos comerciantes de la capital "echaron el cerrojo" a sus establecimientos con una hora de anticipación, en solidaridad con los organizadores de la convocatoria.

Prisciliano Castro, presidente de la FRAVM, declaró a Servimedia que esta medida fue secundada principalmente en barrios periféricos de la capital, como Orcasitas y San Fermín.

Mientras, a escasos metros de los manifestantes, varios comercios ermanecían con sus puertas abiertas. Este era el caso del lujoso centro comercial "La Galería del Prado", situado en la Plaza de Cánovas del Castillo, y de diversas tiendas de la calle Duque de Medinacelli y Fúcar, muy próximas al Hotel Palace.

El acto de protesta se prolongó hasta pasadas las ocho de la tarde, a pesar de que el debate monográfico sobre la droga que iban a celebrar los diputados fue suspendido, debido a la larga duración de la sesión de la mañana, en la que fue discutido el proyecto d Ley de Seguridad Ciudadana.

ESPERABAN MAS DE 3.000 PERSONAS

Este motivo fue, según Castro, el que restó afluencia de participantes a este acto, en el que los organizadores pensaban congregar a más de 3.000 personas de diversos distritos de la ciudad, principalmente de la zona sur de Madrid.

Durante la concentración no se registraron incidentes graves. Los manifestantes, encabezados por una pancarta de la FRAVM con la inscripción "Contra la droga y la marginación, medidas ya", corearon gritos e contra del alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, el presidente regional, Joaquín Leguina, y el jefe del Ejecutivo central, Felipe González, por la suspensión del debate sobre la droga.

El acto concluyó con la lectura de un comunicado por parte de un portavoz de las asociaciones convocantes: FRAVM, CCOO y UGT, COPYME y CEPYME, Confederación de Asociaciones de Vecinos de España (CAVE) y la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos "Giner de los Ríos".

En el manifiesto, los partiipantes exigieron a las distintas administraciones y partidos políticos un "gran esfuerzo" para adoptar medidas urgentes contra el narcotráfico, así como una policía adecuada al problema y una legislación que no otorgue facilidades al narcotráfico.

Otra de sus reivindiaciones fue la puesta en marcha de todos los recursos para la prevención y rehabilitación de los drogodependientes y la creación de un plan nacional contra la marginación, que ofrezca soluciones inmediatas al chabolismo y la integración e esa población.

La concentración se disolvió pasadas las ocho de la tarde, bajo la atenta mirada de los numerosos agentes de la policía que custodiaban la zona.