Científicos neozelandeses han indagado sobre las características anti-cancerígenas del ajo y han llegado a la conclusión de que medio diente crudo -o bien dos dientes enteros cocinados- al día son el mínimo a consumir para lograr el beneficio.

Aunque el ajo tiene otras propiedades beneficiosas en el tratamiento de enfermedades, los médicos neozelandeses se han centrado en el cáncer por el número de víctimas que este mal se cobra cada año. Para ello se han centrado en la función que cumple una sustancia de este bulbo, el llamado disulfido de dialila.

Según las investigaciones realizadas acerca del cáncer intestinal, este componente contribuye a limpiar el intestino de agentes o partículas que provocan este tipo de cáncer.