MEDIO AMBIENTE PUNTUALIZA QUE NO HA PROHIBIDO LAS BARBACOAS DEL TROFEO CARRANZA EN LAS PLAYAS DE CÁDIZ
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La Dirección General de Costas no ha denegado ni prohibido las barbacoas en las playas gaditanas durante el Trofeo Carranza, así como otros usos comunes derivados de costumbres y tradiciones locales, recordó hoy en un comunicado el Ministerio de Medio Ambiente.
Así, estas barbacoas o el entierro de la caballa, por ejemplo, no están sujetos a autorización y no tienen más limitaciones que las derivadas del buen uso, el orden público, la seguridad de las personas, la higiene y la capacidad de acogida de las playas, como ocurre con cualquier otro espacio público urbano abierto.
En la reciente resolución de la Demarcación de Costas de Cádiz sobre el plan municipal de playas, explica el comunicado, sólo se deniega la ocupación de tres instalaciones concretas, atendiendo a su carácter intensivo y a su posible ubicación fuera de la arena.
Por ello, no se justifica el clima de alarma creado sobre los planes de usos de las playas de Cádiz, puesto que ni se han prohibido actividades admisibles por la Ley de Costas ni se ha cerrado la vía administrativa en el procedimiento para su autorización.
En este sentido, el ministerio insiste en que está abierto el proceso de colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, por el que apuesta la Dirección General de Costas para la autorización del plan de usos, atendiendo siempre al interés general, a la garantía de mantener la integridad de las playas y la sujeción a la legalidad.
El atractivo de las playas como espacios públicos abiertos de gran calidad propicia el desarrollo de actividades especiales de cierta intensidad que prestan un servicio al público usuario y para las que no siempre es posible encontrar una ubicación apropiada fuera de las playas, aunque no exijan su instalación en ellas en función de su naturaleza y finalidad.
Según el ministerio, la única forma de racionalizar la fuerte presión de uso sobre las playas urbanas es atender la prioridad de los usos comunes, que no requieren autorización alguna y sobre los que sólo pesan las limitaciones propias de los espacios públicos abiertos.
No obstante, las playas son también espacios de gran calidad ambiental, frágiles y sensibles. Por ello, su utilización requiere la sujeción a ciertas restricciones encaminadas a garantizar su integridad física y asegurar su plena disponibilidad para el disfrute de todos, señaló Medio Ambiente, responsable, a través de la Dirección General de Costas, de tutelar estos espacios.
(SERVIMEDIA)
26 Mayo 2006
P