Enrique lonso, director general de Conservación de la Naturaleza, declaró hoy a Servimedia que todos los sectores implicados, desde los cazadores a los ecologistas, reconocen el daño que provocan los perdigones de plomo a determinadas especies y ecosistemas.

El plumbismo es una de las primeras causas de intoxicación y envenenamiento de la fauna silvestre. La caza y las prácticas de tiro deportivo provocan que cada año se depositen más de 30.000 millones de perdigones en zonas cinegéticas, lo que significa alrdedor de 5.000 toneladas de plomo.

Estas concentraciones de plomo tienen un efecto directo sobre las aves acuáticas que ingieren los perdigones, muriendo anualmente en España entre 30.000 y 50.000 aves acuáticas, así como un efecto indirecto sobre otras especies que se alimentan de presas contaminadas por plomo.

Enrique Alonso indicó que los propios cazadores son conscientes de esta situación, por lo que adelantó que se elaborará un plan para la erradicación de esta munición que sentará las basesde una legislación futura que prohibirá los perdigones de plomo para la caza de acuáticas.

No obstante, la Federación Española de Caza ha pedido que antes de prohibir estos perdigones, se garantice que habrá municiones alternativas homologadas en el mercado.

Alonso recordó que algunos países, como Dinamarca y Holanda y varios estados de EEUU, ya han prohibido los perdigones de plomo, sustituyendo este material por otros como el estaño, el acero, el molibdeno o el bismuto.

En España no existeningún tipo de restricción al empleo del perdigón de plomo, a pesar de ser uno de los paises donde el impacto del plumbismoo sobre la fauna es más acusado, sobre todo en áreas húmedas como la Albufera de Valencia y el Delta del Ebro, dos zonas agrícolas que ostentan los máximos mundiales de concentración de perdigones en sedimentos para una zona húmeda.