En esta línea, durante 2008, los datos fueron "especialmente positivos", con sólo 45 hectáreas afectadas, cuando la media de los últimos diez años superaba las 400 hectáreas.

Sin embargo, según explicó Grimalt, esto "no significa que no sea necesario mantener un permanente esfuerzo preventivo", puesto que, pese al reducido número de hectáreas afectadas, el número de conatos e incendios fue significativo, con un total de 121.

Durante 2009, ya se ha intervenido en la extinción de 23 fuegos forestales, dado que la evolución meteorológica del año provoca una situación difícil, con una notable acumulación de combustible vegetal a las zonas forestales, que, con las altas temperaturas de estos últimos días, ya ha provocado una preocupante situación de riesgo.

Por esto, como todos los años, está absolutamente prohibido el uso del fuego a las zonas forestales y resulta imprescindible evitar cremas, encender hogueras o tirar cohetes a áreas boscosas o limítrofes con el bosque.

Grimalt apeló a la concienciación ciudadana en la lucha contra el fuego y a la necesidad de asumir una cultura del riesgo, extremando las precauciones y no caer en imprudencias y recordó que el 60% de los incendios se deben a negligencias.