El departamento dirigido por Cristina Narbona aportará el 25 por ciento de la inversión pública total necesaria para alcanzar en el año 2000 éste y otros objetivos, entre los que se encuentra la reducción en origen de un 30 por ciento de los residuos peligrosos y la creación de una red de depósitos de seguridad.

La finalidad de los depósitos de seguridad es garantizar el correcto almacenamieto de los residuos que no sean objeto de tratamientos alternativos, así como las cenizas residuales procedentes de aquellas plantas de incineración que decidan construir las comunidades autónomas.

Estos objetivos, considerados como prioritarios por Medio Ambiente, consumirán casi el 90 por ciento de las ayudas estatales previstas hasta el año 2000 con cargo a los presupuestos de la Secretaría de Estado y a los recursos del Fondo de Cohesión, que ascenderán en total a 62.500 millones de pesetas.

Ls plantas de incineración no figuran entre las prioridades de este plan. No obstante, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente prevé una ayuda equivalente al 5 por ciento del coste de la construcción de la planta incineradora, para la instalación de los equipos de control y vigilancia.