Según explicó a Servimedia el presidente de esta sociedad científica, creada hace dos años, Pablo Sáiz de la Hoya, la integración pretende una mejor atención de los más de 50.000 enfermos ingresados en las cárceles, "que cuando salen de ellas no se les realiza ningún seguimiento de las vacunacione o tratamientos iniciados dentro".

El colectivo médico que trabaja en las cárceles son facultativos de Atención Primaria que realizan programas de atención a enfermos de VIH, de abandono de drogas o de tuberculosis, "sin el apoyo de los especialistas de la zona donde está ubicada la cárcel".

La integración del colectivo en el Sistema Nacional de Salud, aprobada por todos los grupos parlamentarios el año 1996 a iniciativa del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, está paralizada. "El Ministerio el Interior dice que está a favor de esta propuesta, aunque dudamos de ello", dijo Sáiz de la Hoya.

El presidente de los médicos que ejercen en las cárceles señaló que están técnicamente bien dotados, aunque reconoció que existen diferencias en todo el Estado. El colectivo, además, está peor pagado que los facultativos de Atención Primaria de la Sanidad pública, entre 60.000 y 80.000 pesetas menos.

El doctor Sáiz de la Hoya insitió en las especiales características de los pacientes que atienden, afectados en su mayor parte por pluripatologías y muchas de ellas psiquiátricas, por lo que supongo que no son pacientes apetecibles para el Sistema Nacional de Salud".