Smith argumenta que ése es un paso lógico después de las restricciones introducidas en bares y pubs a la venta de tabaco, puesto que las mismas razones de salud avalarían la restricción al consumo de alcohol, según informó el diario "The Sunday Times".

En su opinión, podría seguirse el modelo de algunos municipios norteamericanos, que imponen a los bares instalados en su territorio un tope máximo de tres consumiciones por cliente.

Restricciones de este tipo operan ya en localidades como Santa Mónica (California) y, con carácter voluntario para los bares, en ciudades de los Estados de Virginia, Oregón y Massachusetts.

La propuesta de Smith llega después de que este mismo mes el Instituto Nacional para la Excelencia Clínica, un organismo que asesora al Gobierno británico en cuestiones de salud, se mostrará partidario de negar tratamiento clínico a las personas que ponen en riesgo su salud fumando, bebiendo o comiendo en exceso.