La adopción de las nuevas pautas, que serán publicadas en enero, se ha acelerado con el reciente escándalo del patólogo de Liverpool acusado de haberse apropiado de órganos de bebés muertos, sin autorización de las familias, para sus investigaciones.

Las directrices que verán la luz el próximo mes en Gran Bretaña pretenden que los médicos cumplan una serie de requisitos antes de la extracción de órganos, como son obtener el beneplácito fmiliar y haber ofrecido información específica a los parientes del fallecido sobre el uso o finalidad de dichos órganos.

Estas pautas fueron elaboradas antes de que se destapase la polémica del patólogo holandés que trabajó durante años en el Hospital Alder Hey, de Liverpool, y que está acusado por varias familias de engaño y desinformación sobre la extracción de órganos de sus bebés fallecidos.