Los médicos advierten que la administración de adelgazantes, que por lo general actúan en el intestino grueso, carece de sentido, ya qe las sustancias culpables del aumento de peso (azúcares o grasas) son absorbidas en el intestino delgado. En última instancia, éstos causarían más prejuicio que beneficio, dice este profesor de la Universidad de Viena.

La consecuencia inmediata de estos medicamentos es el estreñimiento, que luego ha de ser tratado con laxantes. Otros efectos negativos de los adelgazantes son la pérdida de sales del organismo, que puede dañar los riñones, las inflamaciones estomacales e intestinales y la pérdida de viaminas.