Actualmente, muchos encendedores de bajo coste importados no respetan los requerimientos de esta norma y son, por lo tanto, potencialmente peligrosos para los usuarios, para las personas que les rodean y para su entorno.

A partir de hoy, los estados miembros de la UE deberán asegurar que todos los encendedores de bolsillo respetan esta norma, la cual establece una serie de especificaciones de seguridad para encendedores, como la altura máxima de la llama, la resistencia a elevadas temperaturas y a las caídas, la extinción de la llama, etcétera.

Además, los estados tendrán que asegurar que todos los encendedores de bolsillo vendidos al consumidor están equipados con un mecanismo de seguridad para niños. Esta obligación no se aplicará a los encendedores de lujo y semilujo que sean recargables y puedan ser reparados por un servicio posventa establecido en Europa.

Se considerará que un encededor reúne las suficientes medidas de seguridad para los niños cuando el 85% de los menores de 51 meses de edad (4 años y tres meses) no sean capaces de accionarlos. Además, los países comunitarios deben prohibir desde hoy los encendedores "de fantasía", aquellos que se parezcan a otro objeto considerado habitualmente atractivo para los niños.